En el estúpido pasado, había días en los que no me podía ni levantar, es como si llevara el peso del mundo (mi mundo) sobre los hombros, (algo así como el titán Atlas pero con All Stars).
Recuerdo que al levantarme siempre hacia un ritual, una manía que se repetía numéricamente, el caso…. Una movida, eso sí, me levantaba mareado, con ganas de vomitar…. Pero con fuerzas suficientes para lavarme los dientes y lanzarme a la calle sin nada que haberme llevado a la boca….
Y fue así, de repente, pum (corazón del revés)
Ella apareció doblando una esquina, una mierda de esquina que transformo mi mundo, la tía no merecía la pena, pero la esquina……¡te juro por dios, que si hubiera sido puta ese hubiera sido mi sitio favorito! pero como no era una ramera, ni tenía madera para ello, pues me limité a pensar….. ¡Víctor tranquilo, si no tienes tetas para aprovecharla, vomita en ella todas las noches¡
Así comencé mi gran bautizo escatológico, esa noche me puse lo más guapo que pude, salí a la calle, me compré un litro tras otro de cerveza, me hinché de gases, comí gusanitos mezclados con vino….. todo para provocarme náuseas, tambaleante volví sobre mis propios pasos hasta mi adorada esquina, me agaché y vertí todo el amor que poseía desvirgando así ese lucido sobre el gotelé, de mármol.
Reincidí todas y cada unas de las noches durante un mes, vomitando de todas las maneras posibles, las más imaginativas, haciendo el pino, el pino puente, la morsa en celo, la gallina clueca, el viaje de almorranas en chueca town, …. Etc, etc, al cabo de 30 días ya no me parecía tan bonita, ni tan magnética.
Todos pensareis que debo estar un poco colgado, (era una esquina, no una persona) yo os contestaré que fue mi esquina, que yo la marqué y que eso nadie me lo va a quitar, se que cada vez que la vea sentiré nostalgia, te aseguro que cada vez que alguien la observe con atención apreciará el desgaste provocados por mis jugos gástricos, por ello, poseerá una historia frente a las demás y será especial (al menos para mí).
Lo mismo la historia que le correspondía, su destino, estribaba en que la mearan los perros, no en que las vomitara un megalómano del circo de payasos, ¡pero que demonios¡ no corre de mi cuenta conocer su sino, eso es cosa del dios arquitecto de esquinas, no mía…..
Ahora y solo en este momento apreciareis que una ex no es tan diferente a mí esquina, las dos se te cruzan en el camino, las dos te enganchan, te hacen cometer locuras, sentirte gilipollas, ambas te embriagan, y por fín te demuestran que no estaban hechas para ti, que todo lo que has sentido fue solo un error de cálculo, que ese día, en el instante x , tendrías que haber cogido la paralela anterior….
Y que ahora aunque estés de rodillas enjuto en tus propias lágrimas es mejor que cenes algo podrido y que le vuelvas a cantar al mundo la felicidad (o la facilidad) de la arcada.
martes, 2 de septiembre de 2008
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