Santos beatíficos todos los amantes de la noche, los besa botellas, los lenguas trabadas, todos los niños-accidente que se gestaron en el servicio de una discoteca, santo el ritmo de la devoción, santo los rios de alcohol.....
Mi generación es la más alcohólica que he conocido, supongo que porque vivo en ella, inmerso, petulante, antigravitatorio como un pez nadando entre cerveza.
-!Todos los borrachos dicen la verdad¡ (dice el más sabio de los tres)
y de pronto se escucha el sonido sordo de una palma abierta en el estómago de este, y unas risas locas, las risas magnatizadas por el frenesí de la noche.
-Tú folla, Berna , dale al sentimiento lo que desea..... (dice el loco, el genio de la pintura, el pintor de los tres)
y prosigue entrecortado:
-!JODER¡ tienes 21 años colega, no me toques los huevos, folla con la mente, y luego métele toda esa masturbación cerebral por el coño mientras lo empujas como un poseido con la polla, para dejárselo bien dentro, para que se acuerde de tí, como el Romeo más hijo puta que haya conocido en la puta existencia......
-No lo habría dicho mejor (digo) con la tristeza característica que poseos cada vez que mis hermanos vuelven a sus ciudades-estudio, a seguir sus carreras....
La noche está realmente cancerígena, lo que me hace pensar que el apocalípsis está cerca, (ojalá nos pille juntos) pocas veces he estado tan triste, tan feliz, como con ellos.... me dejan, pero luego siempre vuelven, a quemar esta ciudad, a recorrer las calles soltando versos, pensamientos, imágenes tan bellas como un jodido amanecer a las cuatro de la mañana, un crepúsculo totalmente indómito, improvisado, que me da a pensar que si dios existe, tiene corazón......
siento sus brazos fuertes y descontrolados por el alcohol, siento desvanecerme en la oscuridad de sus pechos, mientras que mi mente se para y reposa unos segundos, lo que dura el abrazo, lo que duran los besos, y así, sin más preámbulos nos despedimos, con pequeños besos en los labios, con besos de la amistad más profunda, para luego encaminar el camino que nos separará un tiempo, hacia nuestros lechos, todo sin un mísero adíos, porque toda despedida solo es transitoria, y la palabra adios, la expresión hasta luego o hasta pronto solo es el cumplido que necesita el oido para echarse a llorar.....
los kilómetros son las barreras espaciales,
que nuestros corazones anhelantes suspiran en el vacio,
eterno, mortal, frenético, absurdo....
la división cíclica entre cuerpo y alma,
cuerpo que permanece aquí y ahora,
alma que se arranca a sí misma
para irse con vosotros.
domingo, 7 de septiembre de 2008
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1 comentario:
Sin duda alguna, lo mas frenetico siempre sucede en los momentos mas inesperados con la gente mas deseada.
La distancia solo es una barrera espacial y la mente sabe volar.
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