lunes, 29 de septiembre de 2008

me levanto en el hospital

Despierto en el hospital, totalmente cableado, la habitación es blanca y la luz me molesta, me siento extraño no soy capaz de abrir los ojos, me pesan, una vez hecho a la habitación vislumbro a mi lado a un viejo que huele a orín, quiero un cigarro pero supongo que no me lo darán….
Esto me recuerda a cuando era pequeño, cuando murió mi padre, santo ímbecil, hoy en día no sé si lo quiero o lo odio, lo recuerdo como a dos personas diferentes, disociado, ángel y demonio, Jekyll y mr Hide.
A duras penas me levanto, me quito lo que sea que me cuelga de las fosas nasales, es una sensación nauseabunda, arranco el gotero de mi brazo, me incorporo y veo que solo llevo una bata abierta por detrás, me siento gilipollas, al lado del anciano hay unas taquillas, las abro y encuentro unas botas gastadas y un sombrero, me los pongo, abro la ventana, debo estar más o menos a cinco pisos de altura, a mi izquierda está la escalera de incendio, a un metro y medio de distancia más o menos, subo al alfeizar, y salto hacia la escalera, como no tengo casi fuerza pego con el estómago en la baranda, todos tiembla como si se fuera a caer, no me importa, veo la bata manchada de sangre, debo de tener alguna herida, pero lo más importante ahora es salir de aquí, me incorporo y empiezo a bajar la escalera, me duelen las piernas, al llegar abajo hay dos o tres personas mirándome, no me extraña, debo tener mala pinta, además llevo el culo al aire, porque un viento gélido me congela las pelotas, pido un cigarro, nadie me lo da, todos me miran estupefactos, miro hacía atrás y leo el letrero, Hospital de no sé qué….
No tengo ni idea de cómo salir de aquí, pero ni idea, veo una ambulancia con las llaves puestas y sin pensarlo me cuelo dentro, arranco, pongo las sirenas para bacilar y me piro hacia mi casa.

No hay comentarios: