Esa noche
Soplamos sobre el horizonte
Y el sol se encendió
Simulando un fósforo,
Colocando un nimbo rosado sobre el acné
Rocoso
Que dirige las lenguas del río.
Al fondo
Escondido como el maullido de un gato.
Conversábamos de cualquier artefacto
De los adoquines
Del caucho
O de la canción que cerraba tal o cual película
Hablábamos sobre los sonidos
Que producía la rueda dentada
De ese mechero antiguo de latón.
La piedra emitía chasquidos e intentaba insuflarle el hálito de Prometeo,
La promesa de sonrojar la punta del cigarro.
Eso mismo trataba de hacer yo
Pasando mi chaqueta gastada
Girándola como la capa de un torero
Sobre tus hombros,
El tejido sujeto por guiñapos de azul blanquecino,
Parecía sentarte como un guante,
En realidad, cualquier cosa te sentaba como un guante
Fuese lo que fuese
Un gorila
Un revólver
Súbditos
Castañuelas
Gafas Quevedo
Carteles de neón
Guirnaldas...
Una foca palmera gitana
Porque nunca deberías olvidar esto:
Fuiste la única
Que sopla amaneceres
Y por encima de eso
Por encima de este esférico y trémulo
Globo
Que podía hacerme sonreír
La única que luce como un retrato al óleo
En el museo del prado, en el puto DNI.
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